Cataratas de lluvia impregnadas de otoño y castañuelas, agitan ligeramente
los párpados de Xīn líng, entreabriéndolos. Los sueños se desvanecen, tenues,
como si flaquearan sus fuerzas. Deslicemos la mirada por ellos con delicadeza.
Los sueños viajan etéreos, enredados en la niebla que como un inmenso velo
de encaje tamiza la ciudad. O navegan ingrávidos sobre nenúfares, en estanques
plagados de peces rosados.
Yǔ mò y Xīn líng corretean
entre los sauces que bordean el lago, respirando el poema que desprende la
brisa o escuchando, al cruzar un puentecillo, los mágicos susurros de una
melodía. A veces, se dejan arrastrar de la mano por grutas sinuosas, perdiéndose
entre rocas prodigiosas y únicas.
Se evaporan los sueños, se disipan en un suspiro, como gotas de rocío tras
la caricia del sol. Xīn líng abre los ojos a un mundo distinto. En su interior,
percibe un nuevo horizonte más amplio, en el que tiene cabida un mundo sin puertas,
abierto a todos los vientos.
Yǔ mò saluda desde un
pequeño puente de Yu Yuan, también conocido como el jardín del mandarín en Sanghai.
Yǔ mò (雨默) Significa: “Lluvia
silenciosa”
Un mundo sin puertas, pero, obviamente, con puentes. Me pregunto si no solo estará en los sueños.
ResponderEliminarBienregresada.
Sueños o sensaciones, lo mismo da. Ambos son pequeños placeres del espíritu.
ResponderEliminarMuchas gracias, Juan Carlos.
Huānyíng
ResponderEliminarLa lluvia, purificadora. Elemento imprescindible para el ciclo de la vida.
Es grato tenerte de nuevo por aquí. Duō xiè.
Muchas gracias, José Javier. Siempre anima el que te echen de menos. Ya veo que comienzas a "chapurrear" el chino.
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