jueves, 26 de abril de 2012

28. Vivencias de xīn líng 心灵


Como un tren que circula por una montaña rusa en un vaivén delirante, la sangre se precipita veloz por las venas del grupo de amigos que, tras el juego, corren exhaustos a los bancos del parque. Xīn líng posa los pies desnudos sobre la tierra húmeda de lluvia, y siente como la conciencia vuela a sus profundidades. Percibe la labor incesante de las raíces que alimentan de oxígeno su alma.
Una brisa cálida pero melancólica ondula por el aire como ese globo que se desprende en silencio de la mano de un niño. El destello de amargura en los ojos de Shùn, colisiona con la alegría del grupo. Shùn tiene en su cuerpo un mecanismo cuyas teclas funcionan con códigos diferentes al resto. Un esfuerzo mayor del permitido, le abocaría a cerrar las puertas de su mundo.
Xīn líng, sorteando tormentas en sus pensamientos, se sumerge con delicadeza en el cerebro. Y, así como un simple interruptor es capaz de henchir de luces un bello castillo; las palabras, al sentirse acariciadas, inundan de claridad la inteligencia:
A veces la vida te deja un tiempo en la cuerda floja. Cuando ocurre a una edad temprana, es triste, pero se compensa con alicientes que, de otra manera, nunca se hubieran saboreado.
Shùn () significa “suave”

jueves, 19 de abril de 2012

27. Vivencias de xīn líng 心灵

Los números, envueltos en encaje blanco, y acompañados de una estela flotante y mágica, caminan por el encerado acompasados por las acrobacias, piruetas y evoluciones, que su trayectoria les depara, formando una alegre cabalgata.
Las letras, con sus timbres de barítono, forman un contrapunto armonioso y bello, como una melodía suspendida en el aire. Sus contornos se asemejan a figuras de cuento, a seres animados gesticulando sin tregua. Son como pequeños personajes que se ocultan en el bosque para, de súbito, asomar y mostrar nuevos misterios.
Una nube densa de conocimiento se esparce por la clase e inunda de asombro las mentes de todos. Xīn líng percibe admirada el caudal de sabiduría de Lola, la maestra. Su nombre evoca el sonido de la brisa en una cálida mañana de verano. El entusiasmo, la fuerza, y el amor, brotan de una voluntad alimentada de ideales.
Xīn líng se pregunta si enseñar es una virtud que todos llevamos en nuestro interior. Su cerebro abre las puertas al instante, y Atenea, Diosa de la sabiduría, le tiende la mano desde el umbral y la lleva consigo al paraíso. Las palabras, salpicadas por el verbo divino, brotan entusiastas y se atreven a manifestar lo siguiente:
Cada alumno es un mundo y cada grupo un universo. La inteligencia emocional será la encargada de abordar todos los resquicios del alma de una clase.
Mi pequeño homenaje a l@s maestr@s

jueves, 12 de abril de 2012

26. Vivencias de xīn líng 心灵

Cuando el cielo comienza a desperezarse, y asoma vestido de luces, acontece en el horizonte, donde habita lo invisible, su idilio con el mar. Es entonces, cuando Xīn líng percibe el suspiro apacible de su aliento. A esa hora temprana en que el sol y el mar se funden en dorados y platas, y juguetean despreocupados de miradas ajenas.
Hay olas, que al juntarse con el viento, dan un paso de tango, seductoras. A veces, el mar caracolea, como las manos sugerentes de una bailaora. Otras, se desliza suavemente hacia la playa para volver a retirarse, como si la intención fuera besar la arena. A ratos ríe, y surge un poema. Pero si el mar se enfada, fascina escuchar su voz ronca salpicada de espuma.
Xīn líng recrea el paisaje que transita por su memoria, como si pasara las hojas de un cuento ilustrado. Tras unos días a orillas del mar, invitada por su amiga Xiǎo yún, no se había sentido nunca tan insignificante, como si fuera una menudencia en medio de la inmensidad, y se aventura por las aguas tibias de su cerebro en busca de argumentos.
Las palabras, alertadas por los ecos del Universo, invitan a todos los dioses del Olimpo a una gran mesa redonda, y, por primera vez, y tras un gran conciliábulo, se quedan sin voz, y salen a la superficie sin pronunciarse.
Xiǎo yún (小云) Significa “pequeña nube”

jueves, 5 de abril de 2012

25. Vivencias de xīn líng 心灵

El silencio gritó, y dejó de respirar unos instantes. Un zumbido cargado de violencia, rechinó en su trayectoria y se estrelló a escasos centímetros de Juan, el maestro. El sol, que momentos antes teñía de blanco el aula, cerró sus párpados, y la clase se llenó de sombras. La escena quedó congelada unos momentos.
Xīn líng y Buku, contemplan atónitos cómo las nubes se resquebrajan y comienzan a expulsar resentimiento. Observan, en los ojos de Oscar y su madre, cómo se perfila, tenaz, la sombra tensada del miedo. Como si alguien, desde algún lugar del Universo, hubiera pulsado la tecla equivocada, y el mundo fuera distinto.
Oscar acudió en tromba a clase, como una piedra a la que arrastra la corriente. La excitación sumó varios grados. Una mirada de reproche provocó la furia y desencadenó la tormenta. El aire se detuvo. El estruendo de un timbre se encargó de descongelar la escena ya narrada.
Xīn líng contempla la elegancia de la noche y siente la protección de la luna, que se yergue bella y altiva. Con delicadeza penetra en el cerebro en busca de consuelo. Y, de la misma manera que las olas se encrespan al encontrar un obstáculo, y que, contra mayor sea éste, mayor será su fuerza. Las palabras, crispadas por efecto del entorno, se presentan exhibiendo toda su fortaleza.
Un mundo de sufrimiento y crueldad permanece oculto detrás de la violencia escolar. El niño es víctima, nunca verdugo. Sólo el amor es capaz de salvarlo.