viernes, 3 de febrero de 2012

16.Vivencias de xīn líng 心灵

Durante el recreo, se extiende por el patio un concierto de voces variopintas orquestado por el viento. De un círculo formado por el grupo de Xīn líng, se alza, a modo de surtidor, un chorro salpicado de insinuaciones y sugerencias en tono velado y avergonzado. Preguntas y respuestas compartidas con un sigilo ahíto de complicidad. La palabra “pecado” sobrevuela acobardada y expectante
A Xīn líng la han educado libre de creencias religiosas, con la única observancia de respetarlas. Tiene el beneplácito para optar por la que se adapte más con su conciencia. Sin embargo, aun sabiendo que atisba el mundo sin cortapisas, ni intermediarios, piensa lo cómodo que resultaría aferrarse a una religión.
Tras unos instantes de vacilación, se entrega prudente a las palabras atesoradas en su cerebro, y se adentra confiada en él. Merodea entre tibiezas conocidas hasta dar con el rincón anhelado. Y con la misma mansedumbre complaciente que precede al advenimiento de algo esperado; las palabras se fueron posando, dóciles y delicadamente sobre la palma de sus manos, como cuando la humedad del aire decide condensarse y posar sus gotas sobre las hojas.
La religión es el cordón umbilical que une a muchas personas en el mundo con un universo perfecto y cálido.
Sin embargo, debemos ser conscientes que somos verdaderamente libres cuando usamos nuestra conciencia moral y somos responsables de nuestros actos.

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