miércoles, 27 de junio de 2012

36. Vivencias de xīn líng 心灵


Un silbido amenazante atravesó los campos dejando sin aliento a los susurros del bosque. Gritos de espanto sacudieron el aire y resquebrajaron la tierra. Figuras grotescas se contorsionaron impelidas por el viento, y el latir del mundo se paralizó. Un fuego voraz lo invadió todo.
La mirada incrédula de Xīn líng contempla el espectáculo como un sueño sombrío, como si asomaran fantasmas escondidos más allá del mundo, más allá del telón de las sombras. Comienza a revolotear por su interior un dolor mudo y desconocido.
Y como el sauce que al reflejarse en la superficie del río se distorsiona creando imágines espectrales, Xīn líng aguarda a que las fuerzas del Universo desvirtúen, en cualquier momento, el escenario dantesco.
Junto al olivo, Xīn líng se sumerge dulcemente en el misterioso oasis de su cerebro. Y, de la misma manera que las madejas de oro y plata originan bellos tapices; las palabras se hilvanan recreando su particular urdimbre:
El mundo respira gracias a la naturaleza que lo circunda; protegerla es el mejor gesto de amor a la vida.

6 comentarios:

  1. ¡Qué bello! Me ha encantado sobretodo el último párrafo.
    Bss!

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  2. eso es, los más bellos tapices, los hilvanes dorados con que las palabras recrean su gozosa urdimbre. Esta niña, Xin, es muy valiente.
    saludos blogueros

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    1. Gracias José Antonio, tus comentarios siempre me animan.

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  3. Excelente.

    Aunque no soy muy amigo de moralejas, en esta vivencia me parece que engarza o cuadra por necesidad.

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